Durante siglos, distintas culturas han relacionado la salud bucal con el equilibrio del cuerpo. Hoy en día, más allá de la higiene y la estética, se sabe que la salud de los dientes y encías tiene repercusiones en la salud general. Pero también circula una idea más profunda: que cada diente está conectado a un órgano específico y que los problemas dentales podrían reflejar desequilibrios internos.
¿Hasta qué punto es cierto esto? A continuación te explicamos lo que dice la ciencia y lo que proponen las corrientes integrativas.
La conexión comprobada entre boca y cuerpo
La odontología moderna reconoce que la boca es una puerta de entrada al organismo. Millones de bacterias viven de forma natural en ella, pero cuando las defensas bajan o la higiene falla, pueden causar infecciones que no se limitan a la cavidad oral.
Diversos estudios han comprobado vínculos entre las enfermedades periodontales (encías inflamadas, gingivitis o periodontitis) y problemas de salud como:
Enfermedades cardiovasculares
Diabetes tipo 2
Partos prematuros y bajo peso al nacer
Agravamiento de enfermedades respiratorias crónicas
Esto ocurre porque la inflamación crónica y las bacterias patógenas pueden pasar al torrente sanguíneo, afectando otros tejidos.
Además, la pérdida de piezas dentales repercute en la masticación, lo que altera la digestión y la absorción de nutrientes. En ese sentido, sí puede decirse que un problema bucal termina influyendo en otros órganos, aunque no de manera directa ni “uno a uno”.
Lo que plantea la odontología biológica
La llamada odontología neurofocal o biológica amplía esta visión y propone que cada diente está conectado con un meridiano energético —un concepto tomado de la medicina tradicional china—.
Según este enfoque, los dientes no solo cumplen una función mecánica, sino que también reflejan el estado energético y funcional de distintos órganos. Por ejemplo:
| Tipo de diente | Órganos asociados según la odontología biológica |
|---|---|
| Incisivos | Riñones y vejiga |
| Caninos | Hígado y vesícula biliar |
| Premolares | Pulmones y colon |
| Molares | Estómago, bazo y páncreas |
| Muelas del juicio | Corazón e intestino delgado |
De acuerdo con esta corriente, una caries, infección o extracción podría interrumpir el flujo energético y manifestarse como molestias o desequilibrios en el órgano relacionado. Por ejemplo, un canino infectado podría coincidir con disfunciones hepáticas o digestivas.
Es importante subrayar que estas asociaciones no cuentan con respaldo científico sólido, pero sí tienen seguidores dentro de la medicina integrativa y algunos odontólogos especializados en terapias biológicas las utilizan como guía de evaluación.
¿Qué dice la ciencia?
Hasta el momento, la ciencia no ha podido demostrar una conexión anatómica ni funcional directa entre un diente específico y un órgano determinado. No existen nervios o vasos sanguíneos que unan, por ejemplo, un premolar con el colon o una muela del juicio con el corazón.
Lo que sí está demostrado es que la salud bucal influye en el equilibrio general del cuerpo. Las infecciones dentales no tratadas, las encías inflamadas o los abscesos crónicos pueden desencadenar respuestas inflamatorias sistémicas, afectar el sistema inmunitario y empeorar enfermedades preexistentes.
Cómo cuidar la salud bucal para proteger todo el cuerpo
Independientemente de la postura que se adopte, hay consenso en algo: mantener una buena salud bucal es esencial para el bienestar integral.
Algunas recomendaciones útiles son:
Cepillarse al menos dos veces al día con una pasta fluorada.
Usar hilo dental y enjuague bucal diariamente.
Evitar el tabaco y moderar el consumo de alcohol y azúcar.
Mantener una alimentación rica en frutas, verduras y alimentos naturales.
Realizar controles odontológicos cada seis meses, incluso si no hay molestias.
También es importante atender los signos de alarma como sangrado de encías, movilidad dental, sensibilidad persistente o mal aliento, ya que pueden ser síntomas de una infección en curso.
Conclusión
La idea de que cada diente está conectado a un órgano específico pertenece más al ámbito de la medicina energética que al científico. No obstante, la salud de la boca y la de todo el cuerpo están profundamente relacionadas.
Una infección dental no tratada, una extracción mal cicatrizada o una inflamación gingival pueden generar efectos sistémicos que impactan el bienestar general.
Por ello, cuidar los dientes no solo es una cuestión estética, sino un pilar fundamental de la salud integral.


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